14/12/07

Cristina Fernandez denuncia una trama de EEUU contra Hugo Chávez



por Jorge Impellizzeri

Los EE.UU. han tomado un caso de presunto lavado de dinero producido durante un viaje de funcionarios venezolanos y argentinos entre Caracas y Buenos Aires, para intentar demostrar la existencia de una donación ilegal de Chávez para la campaña electoral de la entonces candidata -hoy Presidenta- Cristina Kirchner.

El gobierno norteamericano dice que es un caso estrictamente judicial. Sin embargo, acomodaron (políticamente) los tiempos de la investigación para dar a conocer sus primeros resultados en el segundo día de mandato de la presidenta argentina, quien en su discurso de asunción había:

* criticado duramente la política internacional de EE.UU.;
* promovido la multilateralidad en las relaciones internacionales;
* proclamado firmemente fortalecer la unión latinoamericana (lo cual incluía la confirmación de una fuerte alianza con Brasil y Venezuela en el marco del Mercosur),
* afirmado que al terrorismo se lo combate con los derechos humanos (esto se contradice con la teoría argumental de Bush y aliados)
* le pedía a Uribe, pres. de Colombia su máximo esfuerzo en la liberación de Ingrid Betancourt, en sintonía con Francia y con los países vecinos.
* Por otro lado, la noche anterior se había firmado la creación del Banco del Sur, que está pensado para actuar como alternativa para los países sud-latinoamericanos de las recetas de ajuste impuestas desde el Norte vía FMI y Banco Mundial.

Eran demasiadas declaraciones de independencia… El Tío Sam tenía preparada esta carta desde hace meses y la jugó al principio, para:

1.- Desprestigiar a Chávez e intentar encasillarlo en algún delito grave, que en algún futuro próximo pudiera facilitar su remoción y extradición a USA; y

2.- Poner en duda la legitimidad del triunfo electoral y la honestidad personal de la Presidenta Kirchner y decirle a una sorprendentemente combativa Cristina: "en política internacional, hasta aquí llegaste. Y el Tío Sam no perdona, así como no perdona a Carlos Kirchner, tu marido y ex-presidente, por el entierro del ALCA en la Cumbre de las Américas del 2005. Así somos nosotros. Estudien la historia. Nunca olviden que son nuestro patio trasero."

El hecho que inició esta novela de intrigas (el aparente lavado de dinero) no puede seguir investigándose en la Argentina porque EE.UU. tiene al delincuente (atrapado "in fraganti" por las autoridades de aduana argentinas) como testigo protegido. Es decir, nunca lo extraditará. De modo que la única versión de "la verdad" será la que den el FBI, un fiscal de distrito (nombrado directamente por Bush) y un juez, todos norteamericanos.

Veremos si a Cristina (que, vale recordar, suele evocar a menudo "la Evita del puño crispado" como guía y ejemplo a seguir), veremos, pues, si la logran callar. Su primera reacción no fue el silencio sino la escalada verbal: relacionó a los EE.UU. con "la basura en las relaciones internacionales" y reafirmó cada una de las consignas que podrían haber causado malestar al gobierno norteamericano.

Pero puertas adentro, el golpe bajo es durísimo: en Argentina mucha gente cree que Chávez y los Kirchner forman una especie de "sociedad corrupta"; hay periodistas que hablan de que Cristina "debería renunciar"; y hasta circulan rumores de que el mayor grupo de comunicación (el diario Clarín, con intereses en periódicos, radios, televisión, cable, internet, etc.) ha acordado con el gobierno argentino "proteger" a la novel y elocuente Cristina.

Cristina entró a jugar su partido de cuatro años con un impulso y entusiasmo tal que en pocos días se instaló como una tromba no sólo en la escena nacional sino en el ámbito regional. Tiene un carisma y un fuerte temperamento, de esos que provocan tantos amores como odios. Pero la versión del dinero chavista para la campaña es muy endeble. Eso no la debería perjudicar seriamente en lo inmediato. Eso sí, en los EE.UU. ya se ha granjeado la antipatía de los demócratas. ¿La tratarán como a otro Chávez con ropas de mujer?

Esta novela continuará. Pero si los EE.UU.salen a quebrar tobillos apenas comenzados los partidos… es una señal de que están confiados? ¿O un signo de debilidad? Es que si no es quebrando tobillos y tumbando gobernantes populares elegidos democráticamente, ¿cómo se detiene la Unión del Sur?



por Jorge Impellizzeri

Los EE.UU. han tomado un caso de presunto lavado de dinero producido durante un viaje de funcionarios venezolanos y argentinos entre Caracas y Buenos Aires, para intentar demostrar la existencia de una donación ilegal de Chávez para la campaña electoral de la entonces candidata -hoy Presidenta- Cristina Kirchner.

El gobierno norteamericano dice que es un caso estrictamente judicial. Sin embargo, acomodaron (políticamente) los tiempos de la investigación para dar a conocer sus primeros resultados en el segundo día de mandato de la presidenta argentina, quien en su discurso de asunción había:

* criticado duramente la política internacional de EE.UU.;
* promovido la multilateralidad en las relaciones internacionales;
* proclamado firmemente fortalecer la unión latinoamericana (lo cual incluía la confirmación de una fuerte alianza con Brasil y Venezuela en el marco del Mercosur),
* afirmado que al terrorismo se lo combate con los derechos humanos (esto se contradice con la teoría argumental de Bush y aliados)
* le pedía a Uribe, pres. de Colombia su máximo esfuerzo en la liberación de Ingrid Betancourt, en sintonía con Francia y con los países vecinos.
* Por otro lado, la noche anterior se había firmado la creación del Banco del Sur, que está pensado para actuar como alternativa para los países sud-latinoamericanos de las recetas de ajuste impuestas desde el Norte vía FMI y Banco Mundial.

Eran demasiadas declaraciones de independencia… El Tío Sam tenía preparada esta carta desde hace meses y la jugó al principio, para:

1.- Desprestigiar a Chávez e intentar encasillarlo en algún delito grave, que en algún futuro próximo pudiera facilitar su remoción y extradición a USA; y

2.- Poner en duda la legitimidad del triunfo electoral y la honestidad personal de la Presidenta Kirchner y decirle a una sorprendentemente combativa Cristina: "en política internacional, hasta aquí llegaste. Y el Tío Sam no perdona, así como no perdona a Carlos Kirchner, tu marido y ex-presidente, por el entierro del ALCA en la Cumbre de las Américas del 2005. Así somos nosotros. Estudien la historia. Nunca olviden que son nuestro patio trasero."

El hecho que inició esta novela de intrigas (el aparente lavado de dinero) no puede seguir investigándose en la Argentina porque EE.UU. tiene al delincuente (atrapado "in fraganti" por las autoridades de aduana argentinas) como testigo protegido. Es decir, nunca lo extraditará. De modo que la única versión de "la verdad" será la que den el FBI, un fiscal de distrito (nombrado directamente por Bush) y un juez, todos norteamericanos.

Veremos si a Cristina (que, vale recordar, suele evocar a menudo "la Evita del puño crispado" como guía y ejemplo a seguir), veremos, pues, si la logran callar. Su primera reacción no fue el silencio sino la escalada verbal: relacionó a los EE.UU. con "la basura en las relaciones internacionales" y reafirmó cada una de las consignas que podrían haber causado malestar al gobierno norteamericano.

Pero puertas adentro, el golpe bajo es durísimo: en Argentina mucha gente cree que Chávez y los Kirchner forman una especie de "sociedad corrupta"; hay periodistas que hablan de que Cristina "debería renunciar"; y hasta circulan rumores de que el mayor grupo de comunicación (el diario Clarín, con intereses en periódicos, radios, televisión, cable, internet, etc.) ha acordado con el gobierno argentino "proteger" a la novel y elocuente Cristina.

Cristina entró a jugar su partido de cuatro años con un impulso y entusiasmo tal que en pocos días se instaló como una tromba no sólo en la escena nacional sino en el ámbito regional. Tiene un carisma y un fuerte temperamento, de esos que provocan tantos amores como odios. Pero la versión del dinero chavista para la campaña es muy endeble. Eso no la debería perjudicar seriamente en lo inmediato. Eso sí, en los EE.UU. ya se ha granjeado la antipatía de los demócratas. ¿La tratarán como a otro Chávez con ropas de mujer?

Esta novela continuará. Pero si los EE.UU.salen a quebrar tobillos apenas comenzados los partidos… es una señal de que están confiados? ¿O un signo de debilidad? Es que si no es quebrando tobillos y tumbando gobernantes populares elegidos democráticamente, ¿cómo se detiene la Unión del Sur?

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